Durante el tercer trimestre del embarazo, la futura mamá es más vulnerable que nunca a padecer los temidos dolores de ciática. Esto sucede porque, en esta fase del embarazo, el incremento de peso y la mayor distensión de los músculos abdominales afecta a la comprensión y posterior inflamación del nervio ciático. La ciática puede ocasionar molestias en cualquier momento de la vida cotidiana de la embarazada, que se pueden manifestar al caminar o al cambiar de postura, por ello conviene tener presente lo que hay que evitar a toda costa:
- No aumentar el peso más de lo conveniente. Tu comadrona o ginecólogo te orientarán en este aspecto.
- Evitar sentarse en un sillón porque hace que el cuerpo quede encajado en una posición fija.
- No conviene pasarse muchas horas seguidas sentadas ante el ordenador o la televisión. Si no hay más remedio, levantarse a menudo y caminar un poco. Es conveniente elegir una silla que se adecue perfectamente a tu espalda y que te permita apoyar la zona lumbar así como los pies.
- Evitar estar de pie sin hacer nada.
- Prescindir de los taburetes.
- Evitar los movimientos bruscos o los ejercicios que requieran un sobreesfuerzo.
- No levantar peso. Si no hay más remedio, procura doblar las rodillas y mantener la espalda recta.
- Quedan prohibidas las chanclas y los zapatos totalmente planos así como los zapatos de tacón alto, pues todos estos zapatos obligan a la columna vertebral a adoptar posturas inadecuadas y desequilibradas. Las embarazadas que padecen el trastorno de ciática deben usar zapatos de tacón medio-bajo para adoptar una curvatura de la espalda más acorde con su fisiología.